lunes, 17 de junio de 2019

ANGELA SELKE Y GERDA TARO

Angela Selke (1903-1993) y Gerda Taro (1910-1937) tienen en común varias cosas: ambas son judías alemanas que huyeron o emigraron de Alemania, Angela se fue a Ibiza en 1934 y Gerda emigró a París en 1933 y ambas acabaron implicándose en la Guerra española en 1936. Por esto último aparecen en un libro, junto a muchos otros compatriotas casi todos brigadistas, sobre los alemanes que lucharon por la República y la Revolución Social  en España (Abel y Hilbert, 2015: 476 y 506-507). Angela es conocida como investigadora sobre la Inquisición española y los judíos conversos y Gerda es conocida por sus fotos de la Guerra Civil Española, dos destinos distintos de vidas hasta cierto punto paralelas. Dos mujeres interesantes que se implicaron en la guerra civil no como enfermeras, que era lo más común, sino, una como fotoperiodista y la otra como intelectual  propagadora de las vanguardias de la izquierda.
Angela Selke  fue una mujer judío alemana (nacida en Odessa) que en 1934 viendo el cariz que tomaba la política en su país emigró a España con su hermano Rudolf instalándose en Ibiza donde montaron un bar y residieron hasta 1936.
Su espíritu antifascista y su interés por los judíos destinaron su vida en primer lugar a estudios relacionados con los judíos mallorquines, los chuetas que así son llamados los judíos conversos en Mallorca, cuya historia está ligada a las penalidades y la persecución por la Inquisición, producto de este estudio fue la publicación de varios libros y artículos a lo largo de su vida:
El Santo Oficio de la Inquisición. Proceso de Fray Francisco Ortiz. Madrid, 1968
El libro sobre los chuetas es según Aranguren el libro más importante que se ha publicado sobre los judíos mallorquines, en las necrológicas de El País el 11 de junio de 1993:
Los chuetas y la Inquisición. Madrid: Taurus, 1972

Vida y muerte de los chuetas de Mallorca, Madrid: Taurus, 1980
Cuando yo estudiaba  Antropología recuerdo haber oído hablar de estos trabajos sobre los chuetas, minorías que tanto interesan a los antropólogos.
En 1936 se desplaza a Barcelona y trabaja como periodista para diarios republicanos y se hace miembro de la “Juventud Comunista Ibérica”  que es una organización juvenil del POUM. Trabajó en el Ministerio de Propaganda ministerio de nueva creación para promocionar fuera de España la causa de la República, con el Ministro Carlos Esplá Rizo colabora en una revista de vanguardia de izquierda “Hora de España” cuya sede estuvo en Valencia en  1937 y en Barcelona en 1938, el secretario de la revista era Antonio Sánchez Barbudo (1910-1995) con quien se casó en 1938, y con quien emigró en 1939 a Francia primero, después a México y en 1945 a EEUU. En 1953 recibió el doctorado de la Universidad de Wisconsin y una cátedra de literatura española. Con Sánchez Barbudo, el erudito español, tuvo dos hijas.
La vida de Gerda, llamada realmente Gerta Pohorylle, es mucho más azarosa y novelesca, este año además fue noticia por la aparición de una foto que publicó en Twitter el hijo del médico que la atendió cuando estaba gravemente herida en el Hospital de El Escorial, multitud de diarios se hicieron eco de la noticia. Gerda vivía en Leipzig con sus padres y era una activista de izquierdas, los nazis la encarcelan por su participación en un movimiento antifascista y por difundir escritos ilegales comunistas, el 4 de abril de 1933 salió de la prisión de Leipzig y emigró a París a finales de otoño de 1933 y trabajó como secretaria haciendo labores mecanografiadas. En 1935 empezó con los trabajos de fotografía, se hizo miembro de la Asociación de escritores y artistas revolucionarios. En 1936 trabajaba para Allicante Photo y se convirtió en una fotógrafa de éxito, consiguió para su amigo  Endre Ernö Friedmann (Robert Capa) un pase de prensa para la venta de sus fotos. Y apoyó con fotos la campaña del Frente Popular francés.
En agosto de 1936 va a Barcelona para el tema “La revolución y sus hijos” luego vuelve a París y trabaja para los comités de ayuda a España. Sus fotos empiezan a aparecer con las de Capa bajo Capa&Taro y trabaja en París en un libro ilustrado contra la política de no injerencia y también para una cinta cinematográfica. En enero de 1937 vuelve a España: Murcia, Almería y el Jarama, en febrero es admitida en la Secretaría de Propaganda de la Junta de Defensa y se publican sus fotos de la victoria de Guadalajara “Regards”, tras una corta estancia en París vuelve a Madrid donde conoce a Ernest Hemingway y en mayo de 1937 realiza un informe sobre huérfanos de guerra y fotografías de los interbrigadistas: estuvo con la XIII BI en el batallón 21 Naciones, sobre ella escribió Kantorowicz en el Batallón de las 21 naciones. También la conoció el general Walter en el rodaje del Batallón Tschapaiev y en julio de 1937 hizo un reportaje para el Congreso de Escritores en Valencia.
Su triste final tuvo lugar en el camino de Brunete a Villanueva de la Cañada cuando un vuelo rasante hizo que un tanque chocara con su vehículo y al caer quedó aplastado su abdomen, la llevaron al Hospital de El Escorial pero murió al día siguiente de la operación. Unos días después llevaron su cuerpo a París y su entierro fue una gran manifestación antifascista de dolor. Su vida acabó en España, pero sus fotos mostrando la lucha del pueblo español nos quedan para siempre.

Bibliografía
ABEL, Werner ; Enrico Hilbert. "Sie werden nicht durchkommen" : Deutsche an der Seite der Spanischen Republik und der sozialen Revolution : band 1. Lich : Verlag Edition AV, 2015. 567 p.
Janeczek, Helena, La chica de la Leica, Madrid: Tusquets, 2019
ANGELA SELKE 
En Internet Biblioteca digital de la BNE :
El blog sobre Carlos Esplá: https://blogs.ua.es/carlosespla/presentacion/
José Luis López Aranguren en las necrológicas de El País:

GERDA TARO

martes, 8 de enero de 2019

MI PADRE Y LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Hablar de mi padre es difícil porque no fue un padre al uso, era un hombre complicado porque su vida fue complicada: sus orígenes inciertos y la guerra moldearon un carácter hermético, aunque aparentemente era abierto y locuaz. Nació en Málaga en 1914 y le bautizaron en la parroquia del Apóstol Santiago donde también se bautizó Picasso, pero para nada tuvo una estrella similar a la de este.
Mi abuela había salido de Fuengirola donde sus hermanos eran pescadores y su familia tenía algún terreno en Mijas. Pero ella buscaba otros aires. Mi padre pasó su niñez entre Mijas y Ceuta, cuando se instaló en Ceuta, alrededor de 1922empezó a ir al colegio de los PP. Agustinos, pero se torció su suerte al morir su padrastro y cogieron el baúl y tuvieron que volver a Málaga donde empezó una nueva andadura con los Salesianos para aprender mecánica. La situación en Málaga no debía ser muy buena por lo que mi abuela decidió viajar a Madrid en busca de un porvenir. Se instalaron en la calle Atocha a principios de los años 30 y sin un duro en el bolsillo. Mi padre contaba que estuvo trabajando en una empresa y después de unos meses como no le podían pagar, mi abuela y él se cobraron cogiendo unas sillas y caminaron con ellas por toda la Gran Vía...
Foto: propiedad de Concha Alarcón
Mi padre y mi abuela: año ¿1930?

Así, un muchacho andaluz se enfrentaba a la vida de la capital; conoce a católicos de derechas y se crió como, lo que llamábamos en mis tiempos universitarios un desclasado, pues nunca estuvo donde le correspondía porque nunca se sintió obrero, aunque entonces la vida era de fuertes contrastes.
Al llegar la guerra tenía 22 años y las fuerzas republicanas le detuvieron, él no quería ir al frente. Yo creo que aunque se sentía de derechas nunca quiso combatir ni en un bando, ni en otro. Por vivir en Madrid le tocó el bando republicano del que se escapó en varias ocasiones y su vida estuvo en peligro durante toda la contienda.

Cuando éramos pequeños mis hermanos y yo le escuchábamos hablar de la guerra al calor de la lumbre en la cocina de Torrelodones. Ya jubilado escribió de forma visceral sus recuerdos, en los que proporciona datos que sirven para recomponer parte de sus peripecias de la guerra, de ellos me valgo para escribir estas notas. Yo creía que su "historia" era un poco fantástica, pero al comparar sus datos con los que da Antony Beevor me abrumo por la coincidencia, no sólo de los hechos sino también algunas de sus opiniones...
Fue detenido por milicianos y la primera vez lo llevaron a la iglesia de la Paloma que funcionaba como checa, cuando lo sueltan no entiende muy bien por qué le han detenido. La segunda vez después de varias traslados lo llevan a la Cárcel Modelo en la que durante la noche había sacas, después es trasladado a la calle Farmacia en el colegio San Antón donde pela patatas y limpia lentejas, allí matan a alguno de sus compañeros. Una noche está su nombre en la lista de la saca, salen cinco autobuses pero durante el trayecto un motorista intercepta la expedición y dos de los autobuses rezagados son enviados a la prisión de Alcalá de Henares. Él dice que había llegado el tiempo de su ángel tutelar, porque iba en uno de los dos autobuses que fueron interceptados para salvarlos. En Alcalá la gente estaba contra los prisioneros, pero se les enfrenta el delegado de Prisiones un anarquista llamado Melchor Rodríguez. Se celebra un juicio contra él y lo condenan por desafecto al régimen el 2 de marzo de 1937  y lo llevan como miliciano a la XIV Brigada Internacional.
Ofensiva en Guadalajara.- "Salimos de Alcalá de Henares camino de Guadalajara para contener a los militares que avanzaban sin encontrar resistencia, andando y con el fusil a cuestas y en fila india, pasamos por Loeches y en la carretera me encontré este libro..." (24-5- 37) Mi padre encuentra en la cuneta un libro mutilado de la Regla de san Agustín al que habían arrancado parte de las hojas, lo guardó como una señal del cielo.
Regla de san Agustín a sus monjas
Regla de san Agustín
Regla de san Agustín con las páginas arrancadas.

La batalla de la Granja, mayo-junio de 1937.- Después de ese episodio cuenta que está en el frente de la sierra de Guadarrama en Valsaín, Santa María de la Alameda y Peguerinos, ya que las tropas republicanas pensaban tomar Segovia. Él cree que lo llevaron con la XIV Brigada porque era de choque e iba a morir con seguridad. Esta brigada según Beevor venía de Córdoba y estaba mal organizada, en la sierra de Madrid es prácticamente machacada (3.000 bajas) un tercio de su número. Afortunadamente mi padre enferma y no va a la batalla, pero hace de cocinero...
Juan Alarcón en la Sierra de Guadarrama 1937
Mi padre en la sierra de Guadarrama primavera 1937

 De Santa María de la Alameda lo trasladan a La Guardia un pueblo de Toledo donde volvieron a reforzar la brigada con material y hombres. Las fechas y los tiempos son confusos en lo que él llamaba diario, porque  lo escribió muchos años después de la guerra, de todas formas sigo su orden porque de sus narraciones orales solo conservo memoria de episodios inconexos.
En el Ebro.- Pasan unos días subidos al camión lleno de lentejas, recorren Valencia pero no paran allí, Sagunto, Castellón y llegan a Gandesa. A las afueras del pueblo instalaron la cocina y el hospital de campaña. Y otros van para Alcañíz, pero ya había sido tomado por las tropas de Franco (14 de marzo de 1938). No tengo claro en qué momento llega mi padre al Ebro, parece ser un poco después de la toma de Alcañiz, pero da la sensación de ser un momento de gran desorden: "nosotros tuvimos que salir corriendo en completo desorden corriendo como gamos hacia el río Ebro". Como pierden su batallón una patrulla los recoge y los lleva a la orilla del río para hacer trincheras y nidos de ametralladoras, en el batallón de Zapadores. Allí conoce a un muchacho argentino que se había alistado en las Brigadas Internacionales llamado Luis que trabajaba como médico.
Todas las noches bajaban al río a hacer trincheras, zanjas y nidos de ametralladoras. 1ª huida: Un día mi padre le propone a Luis escapar a la vuelta del tajo. Llueve mucho, mi padre se esconde tras una higuera y ambos se escapan en dirección contraria al campamento, se dirigen a Barcelona: "Desde estas altas montañas divisamos, lejos, muy lejos el río Ebro que parecía como una cinta de plata extendida en la llanura, al otro lado como una alfombra azul el Mare Nostrum que nos serviría de guía hasta la capital catalana". Caminan paralelos a la costa para no perderse. Comen en alguna masía. En Vilanova i la Geltrú los atrapa un miliciano y los lleva a una escuela de oficiales donde se hacían cursillos para prepararlos para el frente. 2ª huida: En una ocasión les piden ayuda para sacar un camión que estaba atrapado en un bache y en vez de hacerlo huyen otra vez hacía la sierra "salimos a la calle cuando una lluvia caía sobre los avellanos"... Cuando llegan a Barcelona corren peligro pues acechan a los prófugos para detenerlos, por lo que deciden entrar en un Cuartel de Recuperación que había en las Atarazanas. Luis se va a un batallón de sanidad y mi padre continúa en Barcelona.
Bajo falso nombre.- En la Embajada Argentina le gestionan un pasaporte falso que no llegó a conseguir, pero su certificado de identidad de 12 de octubre de 1938 dice Juan Escasena Morilla que pertenece a la Intendencia del XXIV Cuerpo del Ejército, cuyas siglas eran C.O.P.T.I. "Marchando siempre adelante/ el COPTI número 2/ con sus valientes soldados/ muchachos de corazón..."Con esta canción nos despertaba mi padre en muchas ocasiones. En este periodo parece que la vida de mi padre cobra un respiro. Entonces es trasladado en grupo a Arenys de Mar donde se instalan en una masía, allí conoce a otro joven con el que congenia, Miguel. Los cursillos tocan a su fin y le llevan a Vallbona de les Monges, se instalan en el monasterio, aunque dormían en casas particulares. Mi padre va a parar a una casa donde fue muy bien recibido: "fue para mí aquel hogar lo mejor que encontré en mi andadura por toda Cataluña, me trataron como si fuese un hijo". Después los trasladan a San Martí de Maldá, él asocia este cambio al momento en que el frente de Lérida se iba desmoronando. La guerra se está acabando, los trasladan a Caldas de Montbuy y con su nuevo amigo deciden escapar para no ir al frente, esta sería la 3ª huida de mi padre, esta vez hacia Francia cruzando los Pirineos, sin nada...
Después de muchas penalidades llegan a la cima de los Pirineos, pasan a Francia y son encerrados en el Campo de Concentración de Saint Cyprien hasta que son "liberados", en realidad son llevados de un campo de concentración francés a otro en España, donde son tratados con igual desprecio que en Francia: en Hendaya la guardia civil les registra y les quita lo poco que les quedaba; después la Plaza de Toros de San Sebastián y León, donde los conducen al Campo de Concentración de San Marcos... Tiene piojos, sarna y fiebre alta porque se le ha infectado la vacuna que le pusieron. A los pocos días de estar en san Marcos recibe una carta de Pilar, la señora que lo alojó en Vallbona, y alegre sale al patio del recinto envuelto en una manta  para respirar aire puro, piensa que están haciendo gestiones para sacarle de aquel sitio. Un franciscano que le conoce gestiona su salida del campo de concentración para que regrese a Madrid.


Tarjeta enviada por Pilar Saltó a mi padre J. Alarcón en el campo de concentración de León
Texto de la tarjeta: mayo de 1939
Nunca compartí las ideas políticas de mi padre, pero entiendo su postura, nunca pudo ser objetivo porque él vivió la guerra, la que le dejó una huella imborrable.

domingo, 6 de enero de 2019

MEMORIA HISTÓRICA: LA FORJA DE UN REBELDE

La forja de un rebelde nos ayuda a comprender de dónde venimos los españoles, los madrileños… No sé por qué no nos hablaron de esta forja en la Universidad, o sí sé porqué no. Es literatura, es historia, es una novela autobiográfica…Yo estudié en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid y en 1975 cuando murió Franco yo cumplía 20 años, hacía tercero de carrera y mi profesor de Historia Contemporánea era Xavier Tusell, cuando volvimos a clase, después de la muerte del dictador, nos dijo, en esta clase vamos a hablar del general Franco, aunque no tocaba, pero ya solo oír decir general en vez de generalísimo era un puntazo. Creo que Tusell, que por otro lado era un buen profesor, no nos habló de Arturo Barea, tampoco el profesor de literatura Santos Sanz Villanueva nos habló de Barea, la verdad es que teníamos una asignatura muy voluminosa para un solo año.
He leído a Arturo Barea muy recientemente porque estoy interesada en recomponer la historia de mi padre en la guerra civil española y necesito tener una amplia perspectiva. La forja de un rebelde me ha impactado porque es una gran explicación del por qué de la rebelión de un hombre y de un pueblo oprimido. He manejado una edición de Ediciones Turner de 1977, dentro de la colección “La Novela Social Española”. Consta de tres volúmenes: 1/ La Forja, 2/ La Ruta y 3/ La Llama.
El primer volumen titulado La Forja es costumbrista, habla de un Madrid de principios de siglo desde la perspectiva de un niño, hijo de una mujer viuda que tiene que sacar sus hijos adelante trabajando de lavandera en el río Manzanares. 
Lavanderas del río Manzanares, 1923. Memoria de Madrid.
Restaurada por Alicia Álvarez y Sonia Dorado
Barea nos muestra ese Madrid provinciano que vivió cuando los niños jugaban y vivían en la calle, nos muestra personajes pobres y tiernos que nos provocan profundo pesar: Dios premia a los buenos. El pobre Angel se levanta a las cinco de la mañana con las alpargatas rotas a vender periódicos y después duerme a la puerta del teatro desde las doce de la noche que acaba la venta, para poder vender el primer puesto de la cola: El y su madre no ganan apenas para comer trabajando todo el día. En cambio, don Luis Bahía se ha quedado con la mitad de Brunete, echando de las tierras que eran suyas a los pobres a quienes había prestado. No sólo no los castiga Dios, sino que cuando va a san Martín, todos los curas le quieren mucho y le consideran como una buenísima persona porque encarga misas y novenas. Lo que a mí me ocurre en el colegio, pasa en todas partes. Los únicos buenos son los que tienen dinero y todos los demás son malos. Cuando protestan les dicen que tengan paciencia, que ganarán el cielo y que no importa nada lo malo que se pasa en esta vida. Al contrario, que es un mérito, y son dignos de envidia; pero yo no veo que para ganar el cielo, los ricos se metan a pobres.” p. 155
Su amada madre, su tío de mejor posición social y sus amigos y hermanos montan las escenas de esta primera parte, en la que Arturo vive las contradicciones entre la vida en casa de sus tíos y la penuria de su casa y su ambiente. Estudia como pobre con los curas Escolapios, su colegio estaba en la calle Mesón de Paredes, en el Avapiés. Y también nos habla del cómo se vuelve rebelde no aceptando la carrera y las condiciones que le quería imponer su tía, y elige trabajar en una tienda.
La Ruta es el segundo volumen, dedicado especialmente a la guerra en Marruecos donde hace el servicio militar y denuncia la vida corrupta e hipócrita de los oficiales del Ejército español. Es sargento y le encargan de las obras de una carretera y de la contabilidad. Él no estaba acostumbrado a las prácticas corruptas y tiene que aceptarlas y callarse. Otro aspecto interesante son sus descripciones y opiniones sobre el paisaje y la vida en Marruecos. Aprende también a odiar la guerra y expone con pinceladas personajes autoritarios tales como Millán Astray o Franco.
Así nos muestra a Millán Astray hablando a sus legionarios:
 “¡Caballeros legionarios! Sí ¡Caballeros! Caballeros del Tercio de España, sucesor de aquellos viejos Tercios de Flandes. ¡Caballeros!... Hay gentes que dicen que antes que vinierais aquí erais… yo no sé qué, pero cualquier cosa menos caballeros; unos erais asesinos y otros ladrones, y todos con vuestras vida rotas, ¡muertos! Es verdad lo que dicen. Pero aquí desde que estáis aquí, sois caballeros. Os habéis levantado de entre los muertos, porque no olvidéis que vosotros ya estabais muertos, que vuestras vidas estaban terminadas. . Habéis venido aquí a vivir una nueva vida por la cual tenéis que pagar con la muerte. Habéis venido aquí a morir. Es a morir a lo que se viene a la Legión. ¿Quiénes sois vosotros? Los novios de la muerte. Los caballeros de la Legión. Os habéis lavado de todas vuestras faltas, porque habéis venido aquí a morir y ya no hay más vida para vosotros que esta Legión. Pero debéis entender que sois caballeros españoles, todos. Como caballeros eran aquellos otros legionarios que, conquistando América, os engendraron a vosotros. En vuestras venas hay gotas de sangre de aquellos aventureros que conquistaron un mundo y que, como vosotros, fueron caballeros, fueron novios de la muerte. ¡Viva la muerte!” . p. 90
Además posee una sensibilidad que le hace amar a los animales y las plantas, es muy relevante el capítulo dedicado a una higuera centenaria a la que salva: “Estaba sentado sobre una de las raíces de la higuera y los golpes vibraban dentro de mí como una queja. Me daba lástima el viejo árbol y hubiera querido salvarlo” p. 51
El último volumen lo dedica a la Guerra Civil Española y se titula La Llama. Es de una gran sinceridad y crudeza, nos ayuda a comprender su postura ante el asedio de Madrid y su visión de la guerra a través de los cargos que fue detentando como funcionario al servicio de la República en el ejercicio de su deber: trabaja un tiempo en la Telefónica como censor de noticias y después en la radio haciendo un programa titulado La voz de Madrid.
La Telefónica. Madrid

Su mujer e hijos quedan desdibujados por otro amor que le apoya y se identifica con su postura, Ilsa una escritora política austriaca. Madrid, ciudad asediada y sufridora, cobra especial relieve durante toda la guerra, es su escenario y también su amor:
“La Gran Vía, la ancha calle en la que está la Telefónica, conducía al frente en línea recta; y el frente se aproximaba. Lo oíamos. Estábamos esperando oírlo de un momento a otro bajo nuestras ventanas, con sus tiros secos, su tableteo de máquinas, su rasgar granadas de mano, las cadenas de las orugas de sus tanques tintineando en las piedras.”  p. 201
Gran Vía. Madrid
Foto propia

El miedo está casi siempre presente, el terror al que no llegó a acostumbrarse:
“Cuando se corre peligro de muerte se tiene miedo: antes, en el momento o después. También, en el momento crítico de peligro, se sufre el fenómeno que yo llamaré de “visibilidad”. La percepción de todos los sentido y de todos los instintos se aguza hasta un límite que permite “ver”-es decir profundizar- en lo más hondo de la propia vida.”
“Aquellos días del mes de noviembre de 1936 todos y cada uno de los habitantes de Madrid estaban en constante peligro de muerte.” p. 219
Y sobre todo, está con los pobres, con los que sufren:
“Me quedé después largo rato asomado a la ventana, lavando mis pulmones con aire frío. No podía dormir, estaba embrujado. Quería gritar a los generales que se llamaban ellos mismos “salvadores del país” y a los diplomáticos que se llamaban a sí mismos “salvadores del mundo” que vinieran. Yo los cogería y los encerraría en los sótanos de la Telefónica. Los pondría allí en los jergones de esparto, húmedos de nieblas de noviembre, los arroparía en mantas de soldados, pocas, y los haría vivir y dormir en dos metros cuadrados de pasillo, sobre un piso de cemento, entre mujeres hambrientas y trastornadas de histeria que habían perdido su hogar y que aún escuchaban explotar las bombas y retemblar la tierra profunda que rodeaba el cemento, pugnando por romperle. Los dejaría allí un día, dos días, muchos, que se empaparan en miseria, que se impregnaran del sudor y de piojos de pueblo, y que aprendieran historia, historia viva, la historia de esta guerra miserable y puerca, la guerra de cobardías, de los sombreros de copa brillantes bajo los candelabros de Ginebra, la guerra de generales traidores asesinando a su propio pueblo fríamente y cobardemente. ¡Ah! Arrancarles a tirones sus bandas militares, las levitas y los sombreros de copa de las recepciones, arrancarles a tirones sus cascos de pluma, sus espadas, sus bastones con puño de oro. Vestirlos de pana tiesa, de dril azul o blanco, como los campesinos, o los mineros o los albañiles, y luego bien churretosos de miseria, tirarlos en medio de las calles del mundo con barba de tres días, con ojos pitarrosos de sueño…” p. 249
La forja de un rebelde es un emocionante relato de una vida vivida en años transcendentales y terribles para España y para Europa, de un hombre que toma conciencia de su situación en el mundo y decide libremente tomar partido. Huye a Francia escribe su libro allí y se exilia en Inglaterra.

¡Gracias Barea por tu elección y valentía, personas como tú nos faltan en el mundo! Hay que leer a Arturo Barea.

BRIGADISTAS SOÑADORES EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Hay una parte de mis intereses históricos y vitales que circunda alrededor de la Guerra Civil Española. No es de ahora, siempre he sentido la llamada de ese tema, aunque para mí no es solo  un tema de estudio, sino que forma parte de mi historia. Mi padre fue un brigadista, parece que obligado. Pero ahora voy a hablar de otros brigadistas, los que vinieron de lejos para ayudar a la República y al pueblo español y dejaron su vida aquí. Esos jóvenes idealistas que creyeron en una vida mejor.
Algunos tienen vidas apasionantes y aventureras, otros no tanto, unos son activistas políticos: comunistas, socialistas, anarquistas, trostkistas, otros no tienen ninguna ideología, algunos simplemente buscan una vida mejor o luchaban contra el fascismo. Unos pocos soportaron gran parte de la contienda, otros solo una parte y otros murieron más tarde o más temprano en ella. A todos ellos dedico mis palabras. En este octubre en que se cumplen los 80 años de la creación de las Brigadas Internacionales recordamos su entrega.
Hace un año que colaboro con Sidbrint http://sidbrint.ub.edu/es, una base de datos catalana que recoge información biográfica de los brigadistas para volcarla en Internet, así sus nombres no caerán en el olvido. Las fuentes son muy variadas, yo he hecho fichas de brigadistas suizos, de brigadistas ingleses y actualmente recojo datos de brigadistas norteamericanos a través de ALBA (Abraham Lincoln Brigade Archives).  ALBA en muchos casos tiene la foto del brigadista en cuestión, así puedes ver sus caras además de conocer un poco de sus vidas. De esta manera he conocido la vida y aspecto de tres brigadistas que me han llamado mucho la atención, aunque se podrían elegir otros muchos.
Voy a traducir unas líneas de las biografías que proporciona el portal de ALBA acerca de Joseph Zamaret (1912- abril 1938), Walter Elmer O´Kane (1907- abril 1938) y James Philip Lardner nacido en Chicago en 1914 y caído en ofensiva del Ebro septiembre 1938.
(1) ZAMARET era estibador y pertenecía al Partido Comunista de EEUU y a la Young Communist League, llegó a España a bordo del París el 14 de abril de 1937, sirvió en la XV Brigada y en el batallón Lincoln Washington, cayó cerca de Gandesa el 1 de abril de 1938 .
http://www.alba-valb.org/volunteers/joseph-zamares/ZamaretJoseph.jpg/image

(2) O´KANE  de Dixon Illinois era estibador y le apodaban “Kid”, tal vez por su cara de niño. Pertenecía igualmente a la Young Communist League y al Partido Comunista, llegó a España en julio de 1937 a bordo del Aquitania, sirvió en la XV brigada y en el batallón Mackenzie- Papineau. Desaparece cerca de Gandesa  durante la retirada el 3 de abril de 1938 .
http://www.alba-valb.org/volunteers/walter-elmer-okane/OKaneWalter.jpg/image

(3) LARDNER nació en Chicago en 1914, estudió un año en Harvard, era periodista, no estaba afiliado a ningún partido político, llegó a España en abril de 1938, sirvió en la Brigada XV y el batallón Lincoln. Murió el 22 de septiembre de 1938, el último día antes de la retirada de las fuerzas internacionales cuando se internó en el campo de batalla enemigo, su cadáver no fue recuperado, aunque los nacionales sí registraron su muerte .
http://www.alba-valb.org/volunteers/james-philip-lardner/LardnerJim.jpg/image

Conociendo la vida de estos jóvenes altruistas somos conscientes de que la década de los años 30 y 40 del siglo XX, no solo estuvo protagonizada por personajes siniestros, sino que hubo una resistencia poderosa a esos comportamientos autoritarios.
-Viva La Quinta Brigada!
“No Pasaran” the pledge that made them fight.
“Adelante” was the cry around the hillside.
Let us all remember them tonight.-
- Christy Moore


“It was in Spain that [my generation] learned that one can be right and yet be beaten, that force can vanquish spirit, that there are times when courage is not its own recompense. It is this, doubtless, which explains why so many, the world over, feel the Spanish drama as a personal tragedy.” - Albert Camus

lunes, 3 de diciembre de 2018

LA GUERRA ESPAÑOLA DESDE LA LITERATURA: BAREA Y ALDECOA

Siempre me he preguntado cómo y por qué empezó la Guerra Española. La respuesta de los historiadores se centra alrededor de la tensión latente en la sociedad española en los años 30, las dos Españas que la dividieron avaladas por dos ideologías que en aquel momento campaban en Europa: el fascismo y el comunismo. Como esta división no recoge todos los matices que formaron parte de los dos bandos voy a contrastarla con la visión de la preguerra en dos novelas: Historia de una maestra y La forja de un rebelde 3. La llama. La literatura en muchas ocasiones nos da la clave de la intrahistoria (Unamuno) y especialmente me interesa la de los desheredados: lo que pensaba y sentía la gente con pocos recursos, los perdedores.
Aldecoa se centra en los maestros y las gentes con las que tratan los maestros de pueblo, casi toda la escala social, aunque sus alumnos suelen provenir de gente sencilla, agricultores o mineros de pueblos de León. Barea por su parte nos muestra la vida del Madrid prerrevolucionario, donde las calles eran el campo de batalla de falangistas y obreros de la izquierda. En las novelas los personajes encarnan ideas, ideales y formas de vida. En la novela de Aldecoa el personaje que encarna mejor a los perdedores es el marido de la maestra: Ezequiel. Y en la novela de Barea el personaje que encarna al pueblo obrero de Madrid es Ángel, aunque el mismo Barea puede valernos. Vamos a ver cómo piensan estos personajes para entender un poco más la contienda.
“Tú no sabes la rabia que da el hambre…”
Ezequiel es el marido de la maestra y narradora, es un hombre que viene de una familia pobre, de un pastor que no tiene nada, me recuerda a la canción Manuel de Serrat y a la película de Los Santos inocentes. Cuando le conoce duerme en la misma aula donde da clase y va todo de negro porque guarda luto por su padre recién fallecido. Ha estudiado en el Seminario del que se sale para estudiar maestro en la Normal a base de muchas penurias y trabajos. Pero es un hombre que sueña con otro futuro, planea actividades para los niños y da clases de alfabetización para adultos. Cuando llega la República tiene alegría y miedo, y se va politizando poco a poco, asiste a reuniones en León y cree en la Reforma de la enseñanza: escuela laica, coeducación y enseñar a pensar. Y también desea poner a los niños españoles al nivel de los otros países europeos.

Entonces la gente se divide en nosotros y ellos. Frente las acciones republicanas se oponían las reacciones del poder secular, mientras los maestros se comprometían por seguir las órdenes del gobierno. “Parecía que la República iba a hacer de la enseñanza el corazón de su reforma”(Aldecoa, 2015:129) Subieron los sueldos de los maestros, pero había una falta de consideración social del maestro… Los intentos de cambiar las cosas o de hacer cosas nuevas eran cercenados por algunos. Las Misiones Pedagógicas por ejemplo trataban de llevar a los pueblos un poco de la vida más avanzada de la ciudad, el cine, conferencias, música, etc. Eran como un rayo de luz en la penuria general. Luego viene el final del sueño, va gestándose poco a poco con el odio. La República no es capaz de llevar a cabo las grandes promesas de su primer año y los más luchadores tienen prisa, la mina estalla y Ezequiel los apoya, está comprometido, es socialista. La rebelión es sofocada por la Guardia Civil y Ezequiel es encarcelado con algunos mineros.
Con el Frente Popular dan amnistía y Ezequiel vuelve a casa. Parece que todo va a cambiar…Verano del 36, el cambio no iba a ser el esperado. La maestra cuenta que hay una sublevación de los militares, ella estaba en otro pueblo, en la casa de sus padres, no recibe noticias de Ezequiel, pero por fin recibe una carta de Eloísa la hija del alcalde:”Han matado a mi padre y a Ezequiel. Los fusilaron al amanecer con otros muchos, a la entrada de la mina. El Señor les perdone su crimen.” (Aldecoa, 2015: 236)
A derradeira lección do mestre. 1937.
Castelao
 Museo de Pontevedra


“Pues por todo esto es por lo que soy un socialista, por esta leche agria que durante cuarenta años de su vida se ha tenido que tragar Angelito García, un servidor de Dios y ustedes…” (Barea, 1977: 81)
El planteamiento de Barea es más descriptivo, presenta las calles de Madrid con las peleas  de los vendedores de Mundo Obrero y los que venden Fe. Los falangistas sacan las pistolas y hieren a un vendedor de Mundo obrero. Los socialistas se quejan porque pretenden ser pacientes y sus afiliados se van con los comunistas, la derecha en cambio está unida. Barea piensa que es porque no tienen ideales, defienden sus propiedades y su posición. Las elecciones de 1936 dan la victoria al Frente Popular. Barea en aquel momento se va a vivir a la calle Ave María y conoce a un hombre que se llama Ángel que le ayuda con la mudanza, ha perdido el trabajo porque no va a misa. Un día en el bar Emiliano después de escuchar a los otros dice: “Bueno ahora me toca hablar a mí. Todo eso que estáis discutiendo un día y otro y todas esas historias que estáis contando no son más que cuento. Yo soy un socialista. Sí señor, un socialista. Y no he visto en mi vida a ese Marx ni a ese Bakunin, ni me interesan un pito. Yo soy un socialista por la misma razón que tú eres un anarquista y Manolo un comunista: porque estamos hartos hasta la coronilla de esta cochina vida. Un buen día te pare tu madre, sin que tú te enteres de lo que ha pasado. Y cuando te empiezas  a enterar de dónde estás, de lo primero que te enteras es de que padre está sin trabajo, madre esperando un hermanito y el puchero vacío…” (Barea, 1977: 81)

Los siguientes capítulos son El combustible y La chispa. La derecha está decidida a batallar contra la República, se suceden actos violentos, en respuesta al asesinato del teniente Castillo por los guardias de asalto matan a Calvo Sotelo. Se espera un golpe, el Gobierno cierra los locales de los grupos de derecha y arresta a personas pertenecientes a ellos, igual hace en los ateneos libertarios y sus seguidores. Cuando estalla la guerra porque se sublevan los militares en África, en Madrid se organiza la milicia, aunque los primeros días son caóticos y terribles, Barea se da cuenta que tiene que tomar partido: “Aquello era guerra, guerra civil y una revolución. No podía ya terminar hasta que el país se hubiera convertido en un Estado fascista o en un Estado socialista. No tenía que elegir entre ellos. La elección estaba para mí hecha durante toda mi vida. O vencía una revolución socialista o yo estaría entre los vencidos” (Barea, 1977: 144). Esta toma de partido le lleva a colaborar con la República en cuatro actividades: Instructor de milicianos, censor al servicio de prensa extranjera, censor en la radio y locutor del programa de radio “La voz de Madrid”.  Barea además es crítico con los milicianos, los Tribunales Populares, él sabe lo que quiere pero no a cualquier precio, es un hombre responsable que apoya a la República y trabaja para ella, porque siempre ha sido fiel a sus raíces, a sus orígenes proletarios, es socialista y afiliado a la UGT. En un momento dado cuando trabaja para la radio los comunistas comienzan a sembrar la duda sobre él y su compañera Ilsa: le desconectaban mientras hacia sus charlas en la radio, a ella la tachan de trotskista. Después le quitan sus charlas de la radio. Barea enloquece en el Madrid bombardeado y siendo perseguido por comunistas y dice que la guerra te engulle incitándote a la violencia, pero por otro lado no puede ser neutral. Al final un cura, el padre Lobo les ayuda a salir de Madrid, van a Valencia, a Barcelona, París y finalmente Londres. El exilio desde donde escribe sus libros y artículos.
Barea habla de los barrios populares de Madrid, de un Madrid pobre y trabajador que no se amilanó nunca y que contó con la ayuda de las Brigadas Internacionales: "La tenaza del sitio se cerraba más y más; y más batallones de las Brigadas Internacionales, que ya eran dos, se volcaban en las brechas. A pesar de todo, el entusiasmo que nos había arrastrado, por encima de nuestros miedos y de nuestras dudas, no falló nunca. Eramos Madrid" (Barea, 1977: 238).
Al hilo de este escrito he leído las palabras de Neruda publicadas en 1937:
http://www.buscameenelciclodelavida.com/2018/03/a-mis-amigos-de-america.html
Y también el comentario a La espiga miliciana:
http://www.buscameenelciclodelavida.com/2015/11/la-espiga-miliciana.html

martes, 20 de noviembre de 2018

LA PLAZA DE LA MONCLOA: "LA MEMORIA IMPUESTA" EN EL MADRID DE LA POSGUERRA


Hace poco quedé con mis hermanos en la salida de intercambiador de Moncloa, dimos una vuelta por la zona que fue nuestro centro de diversión de la juventud porque los tres estudiamos en la Complutense. Y  ese día y otros posteriores sentí  la pesadumbre de la entrada a Madrid desde la actual autopista A-VI, la pesadumbre es ver todos esos recuerdos franquistas que modelan la plaza de la Moncloa, el Arco de la Victoria y la Avenida del Arco de la Victoria, ahora felizmente Avenida de la Memoria. Por ahí soñaron Franco y sus tropas entrar victoriosas, les costó, pero al final entraron, luego se proyectaron una serie de hitos para dejarnos su memoria. El Parque del Oeste, el Paseo Rosales, la Ciudad Universitaria fueron testigos de encarnizadas batallas para la toma de Madrid. El bando sublevado no lo consiguió hasta 1939, luego, a lo largo del tiempo de la dictadura dejaron su sello los vencedores. Es un sello de ideología y estética fascista. Y ese sello es el que ahora me ocupa.
Cuando era más joven me tomaba la historia con menos dramatismo, creo. Recuerdo que cuando quedábamos en Moncloa mis amigos y yo para salir a la sierra de marcha solíamos quedar en un monumento de esa plaza que llamábamos la gallina (era un águila imperial) para ridiculizarla… En los años 70 unos amigos realizaron un trabajo que fue galardonado con el premio Ortega y Gasset de 1979 y además publicado en 1982, libro bajo el título La memoria impuesta,  con prólogo de Enrique Tierno Galván. Voy a seguir los pasos de este libro para hablar de los monumentos que conforman este espacio de Moncloa.
La gallina era un águila de bronce sobre un monolito de granito que conmemora el vuelo transatlántico del Plus Ultra colocado frente al entonces (1951) Ministerio del Aire, en la parte inferior tiene un relieve del vuelo del Plus Ultra y en el lado derecho el triunfo.
Héroes del Plus Ultra
Otra edificación de la época es el edificio de los Caídos de Madrid obra de Manuel Herrero Palacios proyectado en 1949 y colocada la primera piedra en 1954. Es un edificio de planta circular cubierto con cúpula con linterna coronada por una cruz. En el muro posterior tiene ladrillos dispuestos en forma de cruz. Durante muchos años este lugar no tenía uso, era un gran espacio vacío. Actualmente es una oficina de Atención a la Ciudadanía del distrito Moncloa-Aravaca.
Caídos de Madrid.
Junta municipal de Moncloa-Aravaca
Llegando por la autopista de la Coruña a Madrid tenemos que atravesar la Ciudad Universitaria, dejar a la derecha el Palacio de la Moncloa, la Casa de Velázquez, etc. Lugares destruidos durante la guerra,  por fin cuando entramos a Madrid nos encontramos el Arco de la Victoria. Endiosando la victoria de Franco como un emperador romano en el siglo XX. Se trata de un proyecto de 1943 que se iniciará en 1950 y se terminará en 1956 aunque nunca llegaron a inaugurarlo. Vamos a describirlo someramente, a partir del libro La memoria impuesta: arco monumental de granito de un solo ojo, con las fechas de inicio y fin de la guerra y la victoria alada en la clave del arco y en el ático un friso con relieves: virtudes militares entrando a Madrid y disciplinas académicas en la entrada a la Ciudad Universitaria. Y en los laterales, al oeste una figura femenina alada y al este en el centro una imagen femenina con una cruz en el pecho (Universidad Católica). Y en la parte superior una cuadriga conducida por Minerva. Dirigió las obras de la estructura arquitectónica Modesto López Otero ayudado por Pascual Bravo.
Arco de la Victoria.

El 3 de enero de 2017 en un artículo de El País titulado "El Arco de la Discordia" se comenta su significación y la posibilidad de que tenga un nuevo significado, incluso se alude a que desde Compromís se ha pedido al Gobierno central que sea demolido.
Finalmente otra edificación que cierra el conjunto es el actual Cuartel del Ejército del Aire, que en época de Franco era Ministerio del Aire. Obra del arquitecto Luis Gutiérrez Soto, está emplazado en el lugar donde estuvo la Cárcel Modelo destruida en la guerra y tiene un aire herreriano que recuerda al monasterio de El Escorial, aunque se coloca la primera piedra en 1943 no se acaba hasta 1958.
Tímidamente los recuerdos van cambiando al igual que los usos y se nombran de otra manera las avenidas y las edificaciones.
Bibliografía.-
Fernándes Delgado, Javier, Mercedes Miguel Pasamontes y María Jesús Vega González, La memoria impuesta. Estudio y Catálogo de los monumentos conmemorativos de Madrid (1939-1980), Madrid, 1982